Gustavo Mares/Fotos Angel Sainos
Después de 21 meses de silencio debido a la pandemia, anoche la Plaza México volvió a rugir con su tradicional y único ‘¡olé’! Pero antes, se conmovió hasta las lágrimas con la procesión de la Virgen del Rosario, que dio nombre a la Corrida de las Luces, con la que se inició el festejo.
En punto de las ocho de la noche se apagaron las farolas de la plaza y los aficionados encendieron las velas que previamente recibieron. Fue impactante, porque el coso registró una gran entrada lo que hizo que se viera espectacular con la llama que cada espectador encendió.
Y después, apareció la estrella de la noche, la Virgen del Rosario, detrás de ella los participantes que realizaron la procesión solemne, previo al paseíllo.
Fue una procesión emotiva, que podría colocarse en el gusto del público de la Ciudad de México. Este festejo tiene sus orígenes en Colombia y en nuestro país se celebra desde 2005 en Huamantla a iniciativa de José Antonio González ‘Chilolín’ y el desaparecido diestro colombiano Édgar García ‘El Dandy’.
EL FESTEJO
Ante un extraordinario ambiente y una noche agradable se lidiaron toros de diversas ganaderías, todos bien presentados –con excepción del quinto-, aunque desiguales en tipo y juego. Mejores fueron los tres primeros, en tanto que los tres restantes presentaron complicaciones.
‘El Zapata’, espectacular ante un buen toro de Rancho Seco, palmas.
‘Calita’, quien cuajó poderosa faena a un astado de La Joya, ovación.
El mejor astado le correspondió a Juan Pablo Sánchez, quien con el burel de Jaral de Peñas, que a la postre sería ovacionado en el arrastre, cortó la única oreja de la velada.
Sergio Flores, silencio con un astado de Los Encinos, que fue pitado en el arrastre.
Luis David Adame, con un ejemplar de José María Arturo Huerta, que fue protestado por los aficionados, un aviso.
Cerró plaza Leo Valadez, valiente y voluntarioso, pero el de Pozo Hondo poco se prestó para el lucimiento. Escuchó un aviso.
Al final del festejo, tres puntos a destacar: La Corrida de las Luces, que podría llegar a ocupar un lugar importante en el calendario taurino nacional; la gran entrada del público y sobre todo que el ‘corazón’ de la tauromaquia en nuestro país ‘volvió a latir’.
