Juan Roncero, corresponsal
MADRID, España.- La tragedia rondó en la Plaza El Palacio de Vista Alegre, donde el novillero Manuel Perera sufrió una terrible cornada penetrante de vientre, que le produjo evisceración. Es reportado como muy grave.
El Palacio de Vista Alegre registró alrededor de mil personas en la ‘nueva normalidad’. Se lidiaron novillos de El Freixo, ganadería propiedad del madrileño Julián López ‘El Juli’, quien envió astados bien presentados y de buen juego en general. Antonio Grande, oreja, un aviso y silencio en el que lidió por el herido; Tomás Rufo, oreja y dos orejas; Manuel Perera, oreja en el único que mató.
El percance llegó cuando Perera se tiró a matar a su primero. El torero se perfiló en corto y por derecho. Quería asegurar la estocada. Se colocó entre los pitones. No había lugar por donde pudiera salir. El toro lo prendió de fea manera, lo lanzó por los aires y cuando descendía el novillero, el burel tiró el derrote. Como un ‘upper’ de boxeador. Colgado de su propio peso sobre el pitón se vivieron momentos dantescos, que se hicieron ‘eternos’. El torero vio como ‘se vaciaba’ y dirigió las manos al abdomen, mientras lo llevaban a la enfermería.
‘Le han abierto todo el abdomen para colocarle de nuevo los intestinos y las tripas en su sitio’, dijo su apoderado, el diestro en retiro Juan José Padilla.
Una imagen que hizo evocar a los aficionados de la vieja guardia, la grave cornada que sufrió el diestro acapulqueño Antonio Lomelín al ponerle banderillas a ‘Bermejo’ de Xajay en la Plaza México.
Foto: video