GUADALAJARA (Guillermo Espinosa, corresponsal).- Lienzo Zermeño. Buena entrada en el marco de la nueva normalidad. Festival. Novillos de diversas ganaderías.
El novillero Morales Ramos, variado de capa y muleta, oreja tras estocada.
El diestro en retiro Arturo Gilio dejó de manifiesto que ‘el que tiene, retiene’. Cubrió espectacularmente los tres tercios y recibió un apéndice.
El mejor burel de la tarde correspondió a Julio de la Isla, quien toreó muy bien pero no anduvo certero con el acero y todo quedó en silencio.
El valiente novillero Arturo Gilio hijo, emocionante faena derechista que malogró con la toledana por lo que todo quedó en una salida al tercio.
Durante la lidia del tercero de la tarde el varilarguero Martín Carrillo hijo sufrió un espeluznante tumbo. Se salvó de la cornada, pero pasó a la enfermería de donde ya no salió.
Fue un ameno festival en el que la afición salió contenta.
Foto: Guillermo Espinosa
